Este verano teníamos claro que queríamos hacer un viaje, pero debido al Covid no queríamos salir fuera de España. Así que pensamos en qué lugares podíamos conocer una cultura lo más diferente posible a la andaluza dentro de nuestro país. Finalmente ganó Galicia.
Este viaje ha sido uno de los que más nos ha costado organizar, porque ni siquiera sabíamos qué ciudades íbamos a visitar ni en qué orden. Así que hoy voy a compartir la ruta que finalmente hicimos con toda la información: medios de transporte, recomendaciones de dónde comer, qué ver, etc.
Claro que este fue nuestro itinerario organizado según nuestras circunstancias y los días que íbamos a estar. Galicia es una comunidad preciosa con mil lugares que ver, así que siempre quedan cosas apuntadas en la lista para la próxima visita.
En cuanto al avión, viajamos directamente desde Málaga a Santiago de Compostela con la compañía Vueling y el precio de cada billete fue 130€ (ida y vuelta).
DÍA 1: SANTIAGO DE COMPOSTELA
Nuestro avión llegó al aeropuerto de Santiago a las 13:00. Desde el aeropuerto al centro hay que coger un autobús que sale cada media hora. No tiene pérdida, hay que seguir las indicaciones de "Bus Santiago". El precio es 3€ y se paga en el propio autobús.
Nosotros nos bajamos en la Plaza Galicia, que creo que es la parada más céntrica, y fuimos directamente a nuestro hostal. Los días que estuvimos en Santiago nos alojamos en la "Pensión Residencia Universitaria Rey", en la calle Preguntoiro. La habitación está muy bien y, aunque no tiene baño privado, está prácticamente al lado. Además, este hostal está muy céntrico. El único problema es que la calle es muy transitada y por la noche se escuchaba a la gente pasar hablando.
En cuanto dejamos las cosas decidimos ir a comer. En ese momento descubrimos algo muy importante a tener en cuenta: a las 16:00 cierran prácticamente todos los bares de Santiago. Además, por si fuera poco, si no tienes reserva te puedes encontrar fácilmente con que no haya sitio para comer. Nosotros fuimos muy confiados y con la hora pegada al culo, y nos agobiamos un poco al ver que llegaba la hora de cerrar y en varios bares nos decían que sin reserva ya estaba todo completo.
Finalmente terminamos comiendo por casualidad en Casal do Cabildo, un restaurante que no teníamos apuntado en nuestra lista de recomendaciones pero que nos gustó bastante (aunque pudo influir el hambre que teníamos). Pedimos pulpo a feira y tortilla de patatas con bacalao (la tortilla la ponen literalmente entera). El precio total fue 29€.
Después de comer aprovechamos para pasear un rato por Santiago sin mapas ni prisas. Nos sorprendimos con las vistas de la catedral desde la famosa plaza del Obradoiro y disfrutamos de esas primeras sensaciones de estar al fin en Galicia. Más tarde decidimos hacer una ruta de senderismo muy recomendable. Aquí hay que tener en cuenta que cuando nosotros planificamos nuestro viaje a Galicia vimos un montón de rutas de senderismo preciosas que nos hubiera gustado hacer, pero era necesario tener coche. Así que para no quedarnos con las ganas de hacer alguna ruta, investigamos un poco y descubrimos que prácticamente a 15 minutos andando desde la plaza del Obradoiro se abre un camino de naturaleza llamado "Paseo fluvial del Río Sarela". Popularmente esta ruta es conocida como "de puente a puente", ya que comienza en un puente y termina en otro. Para encontrar el primer puente debéis ir hasta la "Igrexa do Carme de Abaixo", y justo al cruzar el puente seguís el camino que se abre paso a vuestra izquierda. No tiene pérdida, de pronto os véis envueltos en plena naturaleza, con un pequeño río que discurre a un lado y multitud de árboles cubiertos de musgo.
El tour duró una hora y media y terminó en el parque de Bonaval. No fue nuestro tour favorito pero sí un buen primer acercamiento a la cultura gallega.
Tras el tour, optamos por cenar algo "barato". Cerca de nuestro hostal (en rúa da Caldeirería) vimos una panadería llamada "Tentación" con unas empanadas de diferentes rellenos (pulpo, bacalao, atún...). Pensamos que sería una buena idea pedir dos trozos diferentes para probarlos, y que el precio sería como máximo 4-5€ por trozo. Pues bien, la gracia fueron 17€. Por ello, evitad esta panadería en concreto y si optáis por probar las empanadas preguntar siempre antes el precio. Lo peor es que busqué en Tripadvisor este local para dejar una opinión y no está.
Para olvidar el disguto de la empanada (aunque estaban buenas), fuimos a probar la famosa queimada. Es una bebida alcohólica que se prepara con fuego en un recipiente de barro mientras se recita un conjuro. Realmente lo que mola es el espectáculo, porque luego está imbebible. El local que más nos recomendaron para probarla se llama "Fuco Lois", y el precio es 5€ por persona (pero como mínimo lo tienen que pedir dos personas, así que realmente son 10€). Además, para pedirla te tienes que sentar en las mesas de fuera, así que si están todas ocupadas tienes que esperar un poco. Pero merece la pena, además el personal es muy amable, te dan la letra del conjuro y te animan a que lo recites al mismo tiempo. Es una experiencia muy divertida.
DÍA 2: SANTIAGO DE COMPOSTELA
El segundo día también lo pasamos en Santiago. Desayunamos en una cafetería muy recomendable llamada "Tertulia", es bastante barata y tienen unos croissants de muerte, aunque se acaban muy rápido. Está a unos 10 minutos desde la Plaza del Obradoiro.
Con el estómago lleno, decidimos visitar el interior de la Catedral, aunque en estas fechas estaba todo en obras. La entrada a la catedral en sí es gratuita, pero para visitar el Pórtico de la Gloria y el museo hay que pagar la entrada. Nosotros solo entramos de forma gratuita, porque no nos resultaba imprescindible pagar para ver lo demás. Pero si queréis más información, dejo el enlace de las entradas pinchando aquí. Además en Civitatis organizan una visita guiada por el interior de la catedral y el museo (no incluye el pórtico).
Al salir de la catedral, aprovechamos para visitar el "árbol de las ciencias". Es una escultura que se encuentra anclada a un muro, y cuenta la tradición que debes ponerte delante de ella con los ojos cerrados, dar tres vueltas y señalar sin mirar hacia atrás. Así sabrás la carrera que deberás o deberías haber estudiado. En mi caso señalé "Filología", lo cuál no iba mal encaminado pues era, junto a periodismo, una de mis opciones más valoradas. Terminé estudiando psicología, pero quién sabe.
Luego fuimos a visitar el "Museo do Pobo Gallego", famoso principalmente por su triple escalera de caracol. El precio normal es 4€ (y 1'5€ con carné de estudiante). Su visita es interesante, pero tampoco diría que imprescindible.
DÍA 3: RIBEIRA SACRA
Uno de los lugares que queríamos visitar sí o sí en nuestro viaje a Galicia era la Ribeira Sacra. Desde que lo descubrimos quedamos enamorados de este lugar. Nos hubiera gustado visitarla por nuestra cuenta, pero al no disponer de coche buscamos la opción de una visita organizada. Nosotros contratamos con Civitatis este tour que sale desde Santiago.
El precio es 60€ por persona y la duración unas 10 horas aproximadamente. A las 8:30 sale el bus desde el Parque Alameda y tras un par de horas llega al Cañón del Sil. Una vez allí, todo el grupo coge un catamarán que navega por el cañón durante una hora y media, mientras el guía nos da información acerca de las viñas encaramadas a la roca y otros datos interesantes. Además, hay una cata de empanada y vino.
A continuación, volvemos a coger el bus, esta vez en dirección a un mirador. Lo malo es que dejan poco tiempo para apreciar las vistas y hacer fotos.
Volvemos al bus y la siguiente parada es el Monasterio de San Esteban, que actualmente es un hotel de lujo. El guía nos explicará un poco acerca de su historia y podremos visitar su interior.
Al fin llega la hora de comer. El autobús para durante una hora y pico en un pueblo llamado Luintra. Hay una calle con varios bares y cada uno elije dónde comer. Nosotros leímos buenas opiniones del restaurante "O Campanario", pero cuando llegamos todo estaba completo, así que fuimos a "Os Corzos" y sin duda lo recomiendo. ¡Comimos genial! El menú del día cuesta 12€ y pidas lo que pidas está bueno. Nosotros pedimos dos menús: de primeros empanada y huevos revueltos, de segundos pollo y ternera, y de postre tarta de queso y tarta de turrón. Si este restaurante hubiera estado en Santiago hubiéramos vuelvo a comer aquí sin dudarlo.
Después de comer, la excursión sigue hasta Ourense. Allí estamos una hora aproximadamente haciendo un tour exprés, y luego tenemos media hora libre, aunque no da tiempo a mucho. Nosotros aprovechamos para visitar la catedral, que cuesta 6€ (4€ con carné de estudiante).
Finalmente, volvemos a Santiago sobre las 19:00h. Obviamente cuando terminó la excursión estábamos muertos, así que aprovechamos el resto de la tarde para pasear tranquilamente y ver alguna tienda. Por la noche no teníamos mucha hambre, así que decidimos ir a la zona del Mercado de Abastos, donde hay muchos restaurante típicos (aunque un poco más caros), y nos pedimos simplemente un par de ostras y unas copas de vino. El local concretamente se llama "A viñoteca do mercado".
Por cierto, hablando de vinos, los más típicos de Galicia son el Albariño y el Ribeiro. Yo no entiendo mucho de vinos, pero ambas variedades están de muerte.
DÍA 4: ISLAS CÍES
Yo creo que la mejor época para visitar Galicia debe ser verano. El clima allí es muy diferente al de Andalucía u otras partes de España. Con una lluvia casi constante durante todo el año, aún en verano. Nosotros viajamosen agosto y hasta el cuarto día la lluvia no nos dio problema, pero este día amaneció lloviendo. Nos asustó un poco porque era el día que habíamos escogido para viajar hasta Vigo y visitar las Islas Cíes, todo un paraíso natural.
Para ir desde Santiago hasta Vigo nosotros optamos por la opción del tren. Compramos los billetes con antelación a través de la página Trainline, aunque realmente también se pueden comprar en la propia estación. Aún así recomiendo visitar la página para conocer los horarios y precios. A nosotros nos costó cada billete 11'50€ y la duración fue de 50 minutos. Cogimos el tren a las 8:30 y llegamos a Vigo a las 9:20.
Recomendación: la estación de trenes de Santiago está aproximadamente a media hora andando desde la plaza del Obradoiro. Nosotros optamos por ir en taxi ya que esa mañana estaba lloviendo. Los taxis se pueden coger tanto en la Plaza Galicia como en el Parque Alameda, y el precio es insignificante.
Una vez en Vigo, fuimos directamente al hotel a dejar las maletas. En este caso nos hospedamos en el "Hotel Náutico". Lo recomiendo porque está muy céntrico y es muy acogedor. Además el baño tenía secador de pelo, lo que agradecí mucho después de pasar el día en la playa.
Ahora tomad nota: para ir a las Islas Cíes hay que coger un barco, pero los billetes hay que sacarlos con antelación, además de pedir una autorización a la Xunta de Galicia. Nosotros compramos el billete directamente a través de Civitatis porque incluye directamente la autorización, así que lo recomiendo bastante. El precio con Civitatis es 17'50€. El barco sale desde el Puerto Deportivo; si lo reservaís con Civitatis deberís pasar antes por su oficina a recoger el billete oficial (está justo enfrente del puerto, en la calle Cánovas del Castillo nº26).
Nosotros cogimos el billete de ida a las 10:45 y el vuelta a las 19:15. Como llegamos al puerto con bastante antelación aprovechamos para desayunar en un bar que hay justo allí, y para nuestra sorpresa no es excesivamente caro.
Debo también decir que esa mañana estaba prácticamente diluviando, de hecho tuvimos que comprar un paraguas mientras hacíamos cola para subir al barco. Cuando al fin llegamos a las islas seguía lloviendo y hacía mucho frío, por lo que nos vimos obligados también a comprar unas sudaderas en el bar que hay justo cuando bajas del barco. Nos costó 25€ cada sudadera, pero es que era imprescindible. Sin embargo, poco después dejó de llover y empezó a hacer buen tiempo. Así es el tiempo en Galicia, por la mañana está cayendo el diluvio universal y un par de horas después tienes que ir en manga corta.
En las islas Cíes hay cuatro rutas de senderismo recomendables. Nosotros hicimos la del Faro de Cíes, que nos encantó. En esta página tenéis más información acerca de las rutas. Luego almorzamos unos bocadillos que nos llevamos (lo cuál recomiendo, pues solo hay un par de bares en la isla y no sé cuál será el precio).
Y terminamos pasando el día en la playa de Rodas. El agua estaba helada, por lo que no fuimos capaces de bañarnos (suele estar siempre a esa temperatura). Pero el paisaje es precioso y se disfruta mucho del día.
Recomendaciones:
- Llevar crema de protección solar aunque esté nublado. Nosotros nos quemamos bastante sin darnos cuenta.
- Tener cuidado con las gaviotas: como vean comida se acercan demasiado y son capaces de quitártela.
- En las islas hay un camping en el que podéis pasar la noche si disponéis de más tiempo. Podéis obtener más información pinchando aquí.
Esa noche, después de ducharnos y descansar un poco, fuimos a cenar. En esta ocasión optamos por el restaurante "Palo Palo", del cuál habíamos escuchado buenas opiniones y cuya calidad-precio está bastante bien. Otros dos locales de los que teníamos buenas recomendaciones pero que no llegamos a probar son "Bar O Porco" y "Taberna A Miña".
DÍA 5: VIGO Y PONTEVEDRA
Por la mañana desayunamos en el hotel, ya que por 2'5€ puedes optar a un buen desayuno desde muy temprano. Además, pudimos dejar las maletas en recepción. A las 11:00h teníamos un free tour que salía desde la Plaza Puerta del Sol. Como en la mayoría de ocasiones lo reservamos con Civitatis.
Como nos comentó el guía, Vigo es una ciudad en la que hasta hace poco no se había invertido demasiado en turismo. Es ahora cuando están empezando a rescatar vestigios del pasado y a tener mayor oferta turística. Obviamente no es una ciudad con tanto encanto con Santiago o Pontevedra, yo diría que su mayor atractivo son las Islas y el puerto deportivo (que a nosotros, que vivimos en Málaga, obviamente no nos sorprendió tanto). Pero sí que tiene algunas cosillas interesantes que visitar:
- La escultura del Sireno, en la misma Plaza Puerta del Sol.
- Dinoseto: básicamente un seto con forma de dinosaurio. Está muy cerca del Sireno.
- El olivo de Vigo: un árbol centenario al que tienen mucho cariño, y está en un mirador con muy buenas vistas del puerto.
- Monumento a Julio Verne, sentado sobre un pulpo. Está cerca del Puerto Deportivo.
- Monte O Castro: hay que subir bastantes escaleras, pero tiene buenas vistas de la ciudad.
- Playa de Samil: probablemente la más famosa de Vigo. Nosotros no llegamos a ir porque nos pillaba lejillos y preferimos comer pronto y seguir nuestro viaje a Pontevedra.
- Senda del Agua: tampoco pudimos hacerla, pero leimos buenas opiniones y no tiene mucha dificultad.
- Calle de las ostras: es uno de los principales atractivos turísticos. Es una calle repleta de bares, y además hay mujeres conocidas como "ostreras". Les puedes comprar a ellas las ostras y sentarte en cualquiera de los bares a degustarlas. Eso sí, el precio es un poco elevado.
Después del free tour (que recomiendo bastante hacer para conocer mejor Vigo), nosotros decidimos desembolsarnos un poco más ese día y nos sentamos en un bar de la calle de las ostras. Eso sí, pedimos lo más barato de la carta. Nos sentamos concretamente en el restaulante "La Marina". Este día descubrí que me encantan las zamburiñas. Además, como dato curioso, este día Dani y yo cumplíamos justo un año y medio de nuestra relación.
- Iglesia de la Virgen Peregrina: me sorprendió descubrir que esta capilla tiene la planta en forma de vieira.
- Iglesia de San Bartolomé: famosa por albergar a la patrona de Pontevedra: la Virgen la O (una virgen embarazada).
- Convento de San Francisco: la fachada me resultó preciosa.
- Plaza de la leña: es muy bonita y en su centro presume de un cruceiro. Ya es hora de hablar de estos monumentos religiosos que encontramos por todos los rincones de Galicia. Son unas estructuras con forma de cruz (generalmente acompañadas de un cristo y una virgen) y con mucha leyenda detrás. Se suelen encontrar principalmente en los cruces de camino y su función principal es proteger de los males y/o de la Santa Compaña. ¿Y qué es la Santa Compaña? Otra leyenda popular gallega acerca de una procesión de ánimas liderada por un vivo portando una cruz. Los cruceiros también podían ser construidos en un lugar en el que ocurrió alguna tragedia (como un asesinato) para evitar que volviera a ocurrir algo así. En cualquier tour que hagáis por cualquier parte de Galicia os darán mucha más información acerca de todas estas leyendas.
Esta noche cenamos en "A Pousada do Pincho", un local en el que por cada consumición de bebida puedes pedir una tapa gratis entre una amplia variedad. La calidad de las tapas obviamente no es muy alta, pero es un lugar barato en el que si no tienes mucha hambre puedes cenar por el precio de un par de bebidas. Además, ¡hay tapas dulces!
Para quién tenga un poco más de hambre, también tenía apuntados como recomendaciones los siguientes locales (que no probamos): "Savoy restobar", "Loira" y "Bar estrella".
Después de cenar, paseamos por el río y observamos un espectáculo de luces de cinco minutos en el puente de O Burgo (un puente medieval recientemente reformado, a ello se debe el espectáculo de luces temporal).
DÍA 6: COMBARRO
Por la mañana nos despertamos temprano para volver a pasear tranquilamente por Pontevedra y disfrutarla antes de irnos. Este día íbamos a uno de los lugares que más ganas tenía de visitar: Combarro.
Para ir de Pontevedra a Combarro en autobús recomiendo tomar nota y estar atentos, ya que no es difícil pero no está muy bien indicado.
La estación de autobuses de Pontevedra está justo al lado de la de trenes. Nosotros volvimos a ir en taxi (se pueden encontrar bastante cerca de la pensión, en un lateral del parque "Xardins de Vicenti"). Una vez que llegas a la estación, recomiendo preguntar en el punto de información en qué dársena se coge el autobús que va a Combarro, ya que no está señalizado. La compañia es "Monbus". El precio del autobús es unos 3€ y la duración es 15 minutos. El principal problema es que en el autobús no indican cuáles son las paradas, y ni siquiera para en todas, sino que tienes que tocar el típico botón cuando sepas que la próxima parada es la tuya.
Esto supone un problema si es la primera vez que coges ese autobús, ya que no conoces el recorrido ni en qué momento vas a pasar por Combarro. Nosotros le preguntamos al conductor y nos dijo que estuviéramos pendientes de cuando a nuestra derecha viéramos el "Hotel Combarro", ya que la siguiente parada sería la nuestra. Aún así, nosotros pusimos el gps en el móvil para tener una idea de dónde nos encontrábamos. Al final llegamos sin problema y sin pasarnos la parada.
En Combarro nos alojamos en el hostal "Hogar del Puerto", prácticamente en el centro del pueblo y a cinco minutos de la parada del autobús. La parte de abajo del hostal es un bar y las habitaciones están arriba. Puedo recomendarlo si os quedáis a dormir en este precioso pueblo.
Y bueno, ¿por qué es tan recomendable visitar este pueblo? ¿Por qué tiene tanta fama? Por los numerosos hórreos con los que cuenta, además de ser una maravilla de pueblo costero.
Un hórreo es una estructura de piedra, alzada por columnas, cuya función era conservar los alimentos (especialmente los cereales) lejos de la humedad. Además, las columnas están rematadas por unas formas circulares para evitar que los ratones accedieran a la comida. Por último, estas estructuras cuentan en su tejado con una o dos cruces (en señal de protección), aunque lo más típico es encontrar en un extremo una cruz y en el otro una forma alargada, un símbolo supuestamente pagano.
Por la tarde fuimos paseando por el puerto y vimos por casualidad un barco turístico a punto de zarpar. Como no teníamos nada que hacer, decidimos cogerlo. La empresa se llama Cruceros Pelegrin. El precio son 15€ por persona y durante una hora aproximadamente paseas en barco para ver de cerca la Isla de Tambo (en la que actualmente se realizan maniobras militares), mientras nos explican datos interesantes acerca de cómo se cultivan los mejillones, se ven de cerca las bateas (estructuras flotantes empleadas con este fin), además de unos minutos de "visión submarina" (realmente bajas a una parte del barco en la que se puede ver el fondo marino, para ver mejor las bateas). Pero lo mejor sin duda es que te ponen bandejas llenas de mejillones al vapor, ¡y puedes repetir las veces que quieras! Además de poder pedir vino o refrescos, todo incluido en el precio. Merece totalmente la pena. ¡En ocasiones se pueden ver incluso delfines! (nosotros no tuvimos esa suerte).
Actualizado: he descubierto que se puede reservar a través de Civitatis, por el mismo precio, pinchando aquí.
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