Esta semana santa de 2023 decidimos aventurarnos y conocer la zona del
Algarve portugués en una ruta de 4 días en coche. En esta entrada haré un
resumen de los pueblos y playas que visitamos, y daré recomendaciones de
dónde comer y dónde dormir si, como nosotros, viajáis en un coche
camperizado, furgoneta o autocaravana.
En otra entrada hablaré de cómo nosotros "camperizamos" nuestro coche (un
Peugot 207) sin gastar prácticamente nada. Viajar de esta forma siempre ha
sido mi sueño, pero nunca imaginé que sería tan fácil. Lo mejor es la
flexibilidad que da a la hora de ir visitando pueblos sin tener un lugar
reservado en el que obligatoriamente pasar la noche.
De todas formas, esta ruta es perfectamente adaptable a la posibilidad de
dormir en hoteles u hostales.
El tema de los Peajes en Portugal era algo que nos preocupaba un poco antes
de informarnos, pero realmente es algo muy sencillo. Toda la zona sur de
Portugal está muy bien comunicada con la autopista A22. Puedes llegar
desde Ayamonte (Huelva) hasta Lagos en apenas una hora. Pero a lo largo de
esta autopista hay una serie de puntos con cámaras que registran tu
matrícula y posteriormente te cobran un peaje que varía en función de la
zona.
Para que esto sea efectivo, debes registrar tu matrícula junto con una
tarjeta bancaria para que carguen ahí los peajes. Esto se llama "Easytoll" y
se puede hacer por internet (pinchando aquí) o personalmente a la entrada en Portugal. Nosotros lo hicimos de esta
segunda forma y fue bastante rápido y sencillo.
Básicamente, tras cruzar el puente que hace de frontera entre España y
Portugal hay un letrero que pone "i turismo", tomas la primera salida a la
derecha, en una zona con unas sombrillas blancas. Hay unas máquinas en las
que debes insertar la tarjeta bancaria sin bajarte del coche y, en apenas
unos segundos, la registran. Y listo, no debes hacer nada más, pues una
cámara capta automáticamente la matrícula y la vincula a la tarjeta. Ya
puedes seguir tu camino, teniendo en cuenta que cada vez que pases por zonas
de peajes se irá cargando en tu tarjeta el importe que indiquen los letreros
(dependiendo del tamaño del vehículo).
A nosotros nos costó (ida y vuelta hasta Lagos) un total de 12€. Aunque hay que tener en cuenta que a la vuelta fuimos visitando distintos pueblos, por lo que no íbamos todo el tiempo por la autopista.
ITINERARIO
1. LAGOS
Como comentaba al principio, nosotros aprovechamos el puente de cuatro días
de semana santa para hacer este viaje. Salimos desde Málaga el Miércoles
sobre las 17:00h. Decidimos ir directamente hasta Lagos, que era el pueblo
más lejano que queríamos visitar, dormir allí y los siguientes días ir
visitando los pueblos ya en dirección a España para que la vuelta el último
día se hiciera más corta.
Desde Málaga hasta Lagos hay prácticamente 5 horas de viaje. Llegamos ya de
noche, cenamos unos bocadillos que habíamos preparado y dormimos en una zona
apartada que habíamos buscado previamente en la aplicación
Park4night, la cuál recomiendo si viajáis de esta forma.
Nosotros concretamente pasamos la noche en estas coordenadas: 37°05'14.0"N 8°40'51.2"W (se pueden buscar directamente en google maps).
Se trata de un aparcamiento en una zona residencia pero en la que hay un
descampado con hierbas altas, por lo que al final hay bastante intimidad.
Por la mañana incluso desayunamos sin problema.
Y una vez descansados y desayunados, empezó nuestra mañana de exploración
de playas en Lagos:
-
Plaia dos Estudantes: recomiendo comenzar visitando esta playa,
pues es muy famosa por el puente romano que puede apreciarse desde ella.
En la época que nosotros fuimos había muy poca gente, pero leí que en
verano suele llenarse bastante. Esta playa fue una de nuestras
favoritas, quizás porque fue la primera que veíamos, pero nos pareció
muy bonita. Además, nos sorprendió mucho que las playas están conectadas
por túneles que permiten pasar de una a otra. Para llegar a esta playa
aparcamos en un parking de pago que hay prácticamente al lado. Una hora
costaba 60 céntimos.
-
Praia Dona Ana: Está a 15 minutos andando desde la anterior.
Esta playa también nos gustó bastante, aunque fue la que menos nos llamó
la atención del día.
-
Praia do Camilo: a esta playa se puede ir andando desde la de
Doña Ana, aunque nosotros decidimos ir en coche para no gastar
energías. La escalera que lleva hasta la playa es muy fotogénica, y
también nos gustó mucho la playa. Hay dos partes conectadas también
por un túnel. La segunda parte nos gustó aún más, pero también había
más gente.
-
Ponta da Piedade: prácticamente al lado de la Praia do
Camilo se encuentra esta zona, una especie de ruta de senderismo
consistente en una serie de pasarelas sobre unos acantilados con
muchísimos miradores naturales. Merece mucho la pena salirse del
camino (siempre con mucha precaución) e ir disfrutando las vistas de
los acantilados y formaciones rocosas.
He de decir que, a pesar de pasar la mañana visitando playas, no
pudimos bañarnos pues el tiempo no acompañaba. Lo bueno de viajar
en esta fecha es la poca gente que hay, pero lo malo es que es muy
probable que no haga tanto calor como para bañarse. Todo tiene sus
pros y sus contras.
Y después de una mañana intensa, llega la hora de comer. Es muy
importante tener en cuenta que en Portugal tienen la costumbre de
almorzar mucho más temprano que en España. De hecho, hay
restaurantes que cierran a las 14:30h, por lo que hay que ir
temprano. Nosotros comimos en Restaurante-bar Inna y nos
gustó mucho. Tienen una serie de platos del día, a diferentes
precios apuntados en una pizarra, y luego en la carta tienen más
platos fijos.
Nosotros pedimos como plato del día Bacalhau á brâs, y de la
carta pedimos la cataplana, que un plato típico del Algarve. El
precio del Bacalao era 9'5€ , y era un plato bastante generoso. Y el precio de la
cataplana para una persona era 19'5€ (nosotros pedimos la de peixe). Este precio está muy bien,
pues los siguientes días vimos otros restaurantes en los que era
mucho más cara.
Después de comer, decidimos pasear por el pueblo de Lagos,
el cuál nos pareció muy acogedor (aunque no fue de nuestros
favoritos). La parte que más nos gustó fue el puerto (o la
Marina, como lo llaman allí). En esta zona hay un montón de
pequeños puestos en los que ofertan paseos en barco para observar
los acantilados de la Ponta da Piedade desde el mar, y también
salen barcos hasta Benagil (que era otra zona que teníamos muchas
ganas de visitar). Pero este día hacía mucho viento y se
cancelaros estas actividades, por lo que no pudimos vivir la
experiencia ¡pero nos guardamos las ganas para la próxima
visita!
Un poco después decidimos merendar en una panadería que habíamos
visto recomendada. Se llama "Padaría Cetral" y tiene algunos
dulces típicos como:
-
Bolo de arroz: es como una magdalena pero con harina
de arroz. A mí personalmente me pareció que le faltaba un poco
de dulzor, pero de textura estaba muy esponjosa.
-
Dom Rodrigo: consiste en huevo deshilachado presentado
en un envoltorio con forma triangular de distintos colores. Me
pareció muy curioso y el sabor me gustó bastante.
-
Pastel de Belém: este dulce es más bien típico de
Lisboa, pero ya que estamos en Portugal merece la pena
probarlo aquí también.
2. FERRAGUDO
Tras merendar, dejamos atrás Lagos y pusimos rumbo a
Ferragudo. Este pueblo no es tan famoso, de hecho es muy
pequeño, pero muy encantador. Fue uno de los pueblos que más nos
gustó, junto a Tavira. Llegamos justo para ver el atardecer, el
cuál disfrutamos muchísimo.
Aquí decidimos pasar la noche, en un descampado con vistas de
todo el pueblo. Este sitio lo encontramos por nosotros mismos,
pues no estaba en la aplicación park4night. Estas son las
coordenadas: 37º7'32.088''N 8º31'24.543''W
Como digo, este es un pueblo muy pequeño y, por tanto, con poca
oferta gastronómica y de ocio. Nosotros solo fuimos a disfrutar
de un paseo por el pueblo, de las vistas y a pasar la noche. No
puedo recomendar sitios para comer, pues nosotros cenamos en el
coche.
3. BENAGIL
El siguiente día nos levantamos y temprano y pusimos rumbo a la
playa de Benagil. Nuestra idea era visitar el Algar de Benagil,
que es una de las cuevas más famosas del Algarve, a la que sólo
se puede acceder en lancha, kayak o nadando.
La verdad es que encontramos aparcamiento fácil, en un
descampado habilitado al efecto. Y justo al lado del
aparcamiento había un puesto cuyo cartel ofertaba alquiler de
kayak para visitar la cueva. Pero volvimos a tener la mala
suerte de que, por condiciones del mar, no se podían alquilar
kayak ni lanchas para ese día.
Hicimos una foto del número de móvil para preguntar al día
siguiente, pero parece que durante todos esos días el tiempo no
nos acompañó. Igualmente, adjunto foto del contacto del sitio,
porque puede ser una buena idea informarse de las condiciones
del mar antes de llegar hasta allí.
4. PRAIA DA MARINHA
Nuestra siguiente parada fue la Praia da Marinha. Habíamos
leído que es difícil encontrar aparcamiento si no vas muy
temprano, pero la verdad es que nosotros aquí tampoco tuvimos
problema. También hay que tener en cuenta que fuimos en
temporada baja, por lo que en otra época igual sí que hay más
dificultad. Antes de bajar a la playa recomiendo seguir el
sendero que hay hacia la derecha, está bastante bien señalizado.
Las vistas de los acantilados son impresionantes, no tienen
mucho que envidiar a Ponta da Piedade. Lo mejor es la vista del
doble arco natural.
Después, merece la pena bajar a la playa y disfrutar un rato
del sol (porque el agua estaba helada). Aquí también es muy
divertido entrar por una gruta que hay nada más bajar los
escalones a la izquierda. Parece que no tiene salida, pero la
verdad es que da a una pequeña playa muy bonita. Eso sí, si la
marea está alta es muy probable que os mojéis los
pies.
5. CARVOEIRO
Fue el siguiente pueblo que visitamos. Realmente, tal y como
nosotros lo hicimos, implica volver un poco hacia atrás en la
ruta. Tendría más sentido visitar primero Carvoeiro y, a
continuación Benagil y Praia da Marinha. Pero nosotros lo
hicimos de esta forma para evitar encontrar la playa llena de
gente.
La verdad es que Carvoeiro es otro pueblo con encanto. Sin
duda, recomiendo mucho su visita. Nosotros llegamos bastante
tarde para comer y, temimos no encontrar nada abierto. Por
suerte, encontramos un sitio en el que tienen un menú de
Bifana, sopa y bebida por 5€. La bifana es un bocadillo típico de Portugal, básicamente
lleva filetes de cerdo. La verdad es que está muy bueno, y por
ese precio es bastante barato. También tiene "Prego", que es
otro bocadillo similar, pero con carne de ternera.
El sitio se llama "Doce Mar Café" y, además, está
bastante céntrico.
6. ALGAR SECO
Después de comer, paseamos un poco por el pueblo y, a
continuación, fuimos al Algar Seco. Se puede ir perfectamente
andando desde el pueblo, son unos 15 minutos por unas
pasarelas con vistas al mar.
Este lugar es increíble. Hay unas escaleras por las que se
puede acceder a una serie de formaciones rocosas, cuyo paisaje
parece sacado de película. Puedes ir andando por las rocas,
descubriendo grutas y cuevas, observando cómo las olas chocan
contra las piedras... Uno de los rincones más famosos es una
especie de gruta o pasadizo entre las rocas que da a un balcón
natural. Esto se llama "Gruta de Boneca" y para llegar
hay que atravesar la terraza de un bar (lo cuál me parece
bastante fuera de lugar). Suele haber cola para hacer fotos,
pero las vistas merecen la pena.
7. ALBUFEIRA
Después de todo el día visitando playas y cuevas, estábamos
bastante cansados. Nuestra siguiente parada era Albufeira,
dónde encontramos otro buen sitio para pasar la noche. Estas
son las coordenadas: 37º5'37.656''N 8º15'3.713''W
Pero, antes de dormir, decidimos cenar en un Mcdonals y
visitar el pueblo de noche.
Parece una tontería, pero recomiendo visitar un Mcdonals en
Portugal, aunque sea solo una vez. Hay productos bastante
diferentes que en España no se suelen encontrar (tenían
incluso sopas) y, por supuesto, supone un ahorro al bolsillo,
ya que comer todos los días fuera implica un gran
desembolso.
Una vez cenados, fuimos paseando hacia el centro de
Albufeira. Ya habíamos escuchado que por las noches tiene
bastante ambiente (además, era viernes), pero la realidad
superó todas nuestras expectativas. Hay un par de calles que
parecen formas parte de Las Vegas, con la música súper alta y
la gente bailando en mitad de la calle.
A nosotros no nos gusta mucho la fiesta, pero fue muy
divertido simplemente pasear y ver el ambiente.
De hecho, a la mañana siguiente volvimos a visitar el pueblo
para ver el contraste entre la noche y el día, y la verdad es
que parece otro pueblo totalmente distinto. Por tanto, recomiendo su visita tanto por el día como por la
noche. Y, si os va la marcha, definitivamente este es el mejor
pueblo de todo el Algarve en ese sentido.
8. FARO
El sábado, tras visitar Albufeira, pusimos rumbo a Faro.
Comimos bastante bien en "Restaurante O Chalavar". Lo
original de este sitio es que puedes elegir los pescados que
quieras en una vitrina, y lo hacen a la brasa. El precio no es
muy elevado. Recomiendo sentarse lejos de la barra, ya que se
genera mucho humo y el olor puede llegar a impregnarte la
ropa.
Después, visitamos el pueblo, pero fue el que menos nos gustó
de todo nuestro viaje. Supongo que, acostumbrados a ver
pequeños pueblos con encanto, Faro no nos sorprendió tanto.
Por eso, nuestra visita no fue muy larga.
9. TAVIRA
Nuestro penúltimo destino fue Tavira, uno de los pueblos más
cercanos a la frontera con España. Este pueblo, junto con
Ferragudo, fue de nuestros favoritos. Recomiendo callejear sin
rumbo y perderse por las callejuelas, cruzar el puente romano y
disfrutar del atardecer junto al río.
En este pueblo decidimos, además visitar el centro comercial
para comprar productos típicos en el supermercado "Continente" y
cenar en una cadena portuguesa llamada "Eat à portuguesa". Fuimos porque vimos en internet que vendían
"Francesinhas", que es un plato típico de Oporto pero que
ya probamos en su día en Lisboa y nos encantó. Por ello, no
queríamos irnos de Portugal sin volver a probarlo.
Básicamente es un sándwich de distintas carnes, recubierto con
queso fundido y una salsa de cerveza.
Como digo, fuimos a este centro comercial específicamente a
tomar este plato. Las opiniones del sitio no eran muy buenas,
pero para nosotros fue todo lo que esperábamos. El precio de una
francesinha, patatas y una bebida son 10'45€. Además, tienen más comidas típicas como las bifanas, todo en
concepto de comida "rápida".
Seguramente no sea la mejor Francesinha del mundo, pero nos
quitamos el antojo de volver a probarla. Y para terminar la
noche fuimos a probar otro producto típico de Portugal: la
ginjinha. Se trata de un licor de cereza que suele estar
riquísimo, y más cuando lo sirven en un vaso de chocolate. En
Lisboa nos fue más fácil encontrarlo en distintos locales,
pero en el Algarve sólo encontramos este sitio en Tavira,
llamado "Ginjinha da Fonte". El precio de cada chupito
es 1'5€.
Esta última noche de nuestro viaje la pasamos en Tavira.
Dormimos cerca del río, y pasamos la noche bastante bien. Lo
único malo es que hasta las 23:00h de la noche pasa un tren
muy cerca, por lo que se escucha el ruido bastante fuerte. Y
luego vuelve a funcionar desde las 7:00h de la mañana. Estas
fueron nuestras coordenadas: 37°07'47.7"N 7°39'12.3"W
Aunque no pasamos mala noche, si volviéramos a Tavira
intentaríamos quedarnos a dormir por la zona del centro
comercial, pues parece más tranquila.
El último día nos levantamos temprano para visitar uno de
nuestros últimos destinos: la playa de Tavira. Realmente este
pueblo no tiene playa como tal, sino que está rodeada por un
río y, justo después del río, hay una especie de isleta que es
todo playa paradisíaca.
Este paisaje es muy distinto a lo que habíamos estado viendo
los días anteriores, por lo que teníamos muchas ganas de
verlo. Hay varias formas de llegar hasta la playa de Tavira:
en barco, en trenecito o andando. Nosotros optamos por ir
concretamente a la Praia do Barril. El aparcamiento para
llegar a esta playa está a unos 15 minutos en coche desde
Tavira. Una vez dejamos el coche, hay que cruzar un puente y
justo después hay un sendero por el que se puede ir caminando
durante unos 15 minutos, o coger el trenecito. A nosotros nos
hacía ilusión coger el tren, pero realmente no merece mucho la
pena porque va muy lento y cuesta dos euros cada viaje. Desde
mi punto de vista, es mejor ir dando un paseo.
La playa, como digo, es paradisíaca. La vista se pierde y lo
único que se ve es la arena y el mar. Nada más alrededor
(aparte de un bar). Creo que para disfrutar de un día de baño
es una zona ideal.
Además, hay una parte que se conoce como "Cemitério das
Âncoras", y es una especie de monumento consistente en una
serie de anclas abandonadas clavas en la arena. Es muy
curioso.
Este día teníamos pensado comer en un bar que habíamos visto
recomendado y nos llamaba mucho la atención. Se llama "Vela 2" y lo interesante es que es un buffet de pescado. Por 12
euros te van sirviendo pescado hasta que no puedas más.
Recomendaban ir muy temprano para coger sitio, ya que se suele
llenar bastante. Nosotros estábamos en la puerta a las 12:00h,
pero nos llevamos un chasco cuando vimos que justo ese día
estaba cerrado y en un cartel en la puerta ponía "hoy no hay
peces". No sé si es que cierran los domingos, si era por ser
"domingo de resurrección" o que justo ese día no tenían
producto. Pero bueno, ya tenemos otro sitio pendiente para
volver.
Estuvimos buscando otros bares, pero estaban casi todos
cerrados. Así que terminamos otra vez en el centro comercial
probando otro local llamado "Sopa&Go", donde tenían
un menú interesante de sopa, "bacalhau as natas" (que estaba
riquísimo" y bebida (no recuerdo el precio exacto pero no era
muy caro).
11. CACELA VELHA
Después de comer, empezaba nuestra vuelta a España. Pero antes, pasamos por nuestra última parada: "Cacela Velha" un pequeño pueblo de literalmente un par de calles, a unos 15 minutos en coche de Tavira. Realmente no sé si se considera un pueblo, o simplemente un puñado de casas, una iglesia y un pequeño cementerio. Pero las casas están muy cuidadas, con las típicas fachas características de esta zona, y lo mejor es que tiene una playa muy bonita, que se fusiona con el río y genera un paisaje encantador.
Nosotros solo fuimos de pasada, pero creo que también es un buen sitio para echar un día de playa. Si no, simplemente ir a disfrutar de las vistas merece la pena.
Y, tras esta visita, terminó oficialmente nuestra escapada por el Algarve. La verdad es que he terminado enamorada de toda esta zona y realmente no está tan lejos. Estoy segura que volveremos más pronto que tarde para disfrutar sus playas cuando haga mejor tiempo, y seguir degustando su gastronomía.